"Deepfakes: De bromas virales a pesadillas corporativas ¡El avance que nadie vio venir!"

Hector
02.09.25 10:12 AM - Comment(s)

"Deepfakes: De bromas virales a pesadillas corporativas 
¡El avance que nadie vio venir!".

Fake News


¡Imagina esto: ¡estás en una reunión de Zoom con tu jefe, quien de repente te pide que transfieras un millón de dólares a una cuenta “urgente”! Su voz suena perfecta, su cara se mueve como siempre... pero ¡zas! Es un deepfake, y acabas de caer en la trampa de un ciberdelincuente que se ríe desde su sótano. 




¿Ciencia ficción? ¡Para nada! En los últimos años, los deepfakes han pasado de ser memes divertidos en TikTok a armas digitales que mantienen a los CEOs despiertos por la noche. En este artículo, vamos a explorar cómo esta tecnología ha evolucionado de 2020 a 2025, y por qué representa un peligro real para las organizaciones. 


Prepárate para un viaje ameno, con toques de humor y un chorrito de terror corporativo porque, al fin y al cabo, ¿quién dijo que la ciberseguridad no podía ser entretenida?



El Ascenso de los Deepfakes: De "Face Swap" a Magia Negra con IA




Volvamos al 2020, cuando el mundo estaba obsesionado con el COVID y los deepfakes eran más una curiosidad que una amenaza. En ese entonces, la tecnología se basaba principalmente en redes generativas antagónicas (GANs, por sus siglas en inglés), que básicamente entrenaban a una IA para crear caras falsas superponiéndolas en videos reales. 


¿Recuerdas esos videos virales donde ponían la cara de Nicolas Cage en todas las películas? ¡Eso era el nivel básico! 

Pero, cómo han cambiado las cosas. Para 2022, los avances en el aprendizaje profundo permitieron no solo swaps faciales, sino también síntesis de voz y control de gestos. 




Imagina: una IA que no solo cambia tu cara, sino que te hace bailar como Michael Jackson sin que muevas un dedo. 

En 2023, entró en escena la adopción masiva de modelos de difusión sí, esos que transforman ruido gaussiano (básicamente, estática digital) en imágenes hiperrealistas. Es como si le dieras a un pintor ciego un pincel mágico y, ¡bum!, crea una obra maestra. 





Estos modelos hicieron que los deepfakes fueran más accesibles: herramientas como Stable Diffusion y DALL-E abrieron la puerta a cualquiera con un laptop decente para generar videos falsos en minutos. 


Y para 2024, el foco se movió a los deepfakes de voz, impulsados por IA como ElevenLabs o Respeecher, que clonan tu timbre con solo unos segundos de audio. ¿El resultado? Llamadas fraudulentas que suenan más reales que tu suegra al teléfono. Pero espera, ¡2025 ha sido el año del boom! Según proyecciones, el mercado global de tecnología deepfake alcanzará los 5.82 mil millones de dólares este año, y se disparará a 32.23 mil millones para 2032. 




DARPA han demostrado avances en detección, con herramientas que analizan píxeles y ondas sonoras para cazar fakes, pero los creadores siempre van un paso adelante. Piensa en ello como un juego de gato y ratón bueno, somos nosotros, tratando de no ser devorados. Y no olvidemos las estadísticas locas: se espera que se compartan 8 millones de deepfakes en línea este año, duplicándose cada seis meses. De hecho, en las elecciones de 2024, aunque no causaron el caos predicho, los deepfakes probaron su potencial para sembrar duda ¡imagina un video falso de un político bailando el "Gangnam Style" una conferencia seria! Estos avances no son solo técnicos; son democráticos. 


Antes, necesitabas un supercomputador; ahora, apps móviles lo hacen por ti. Pero como en toda buena historia de superhéroes, con gran poder viene gran responsabilidad... o en este caso, grandes riesgos.



Los Peligros Organizacionales: Cuando el fake se vuelve real (y caro)




Ahora, pasemos a la parte jugosa: ¿por qué los deepfakes son como una bomba de tiempo en la sala de juntas?

A nivel organizacional, no se trata solo de risas en redes sociales; estamos hablando de fraudes que pueden costar millones, dañar reputaciones y hasta comprometer la seguridad nacional. Imagina a un estafador clonando la voz de tu CEO para autorizar una transferencia bancaria. ¡Pum! Adiós a los fondos de la empresa


En 2025, el 31% de los líderes empresariales subestima este riesgo, pero la realidad es que una de cada cuatro compañías ha sufrido un intento de fraude deepfake en los últimos 12 meses. Uno de los mayores peligros es el fraude financiero. Los deepfakes permiten impersonar a ejecutivos en llamadas o videos, engañando a empleados para revelen datos sensibles o aprueben transacciones. 


Un caso famoso: en 2024, un banco perdió millones por un deepfake de su director financiero pidiendo una "inversión urgente". Y no es solo dinero; es confianza. ¿Qué pasa si un deepfake muestra a un empleado en una situación comprometedora, como acosando a un colega? En el workplace, esto se convierte en acoso digital, intimidación o retaliación, con poco recurso legal porque, ¿cómo pruebas que es falso? Empresas como KPMG advierten que los deepfakes socavan marcas enteras: un video falso de un CEO diciendo algo racista podría hundir acciones en horas. 

Otro ángulo terrorífico: la ciberseguridad. 


Los Deepfakes pueden burlar sistemas de verificación biométrica, como reconocimiento facial o vocal, para acceder a redes internas. Imagina un hacker usando un deepfake para "resetear" contraseñas en una llamada al IT. En 2025, con la barrera de entrada bajando cualquiera puede crear un deepfake sofisticado con herramientas gratuitas los ataques se multiplican.


Y no olvidemos el "ph deepfake": emails con videos adjuntos que parecen de tu jefe, pero te llevan a un sitio malicioso. Como dice un experto, es como el phishing en esteroides, y se espera que sea el problema top de seguridad este año. A nivel más amplio, los deepfakes reescriben el riesgo organizacional. Tradicionales medidas como firewalls ya no bastan; ahora necesitas IA para combatir IA, con herramientas de detección que analizan inconsistencias como labios desincronizados o fondos pixelados. Pero el verdadero peligro es humano: empleados desprevenidos que "ven para creer".


Campañas de awareness son clave, porque, como en una comedia de enredos, el caos surge cuando confías en lo que ves sin cuestionar. 

 

¿Y Ahora Qué? Sobreviviendo al Apocalipsis Deepfake con Estilo




En resumen, los deepfakes han evolucionado de juguetes tecnológicos a amenazas multifacéticas que golpean más duele: el bolsillo y la reputación de las organizaciones. Pero no todo es doom and gloom ¡hay esperanza!. 


Empresas pueden contraatacar con zero-trust policies (verifica todo, confía en nada), entrenamiento en detección y herramientas como las de DARPA. Imagina: en lugar de caer en la trampa, tu equipo se convierte en detectives digitales, riendo mientras exponen fakes. Al final, los deepfakes nos recuerdan que en la era de la IA, la realidad es negociable. 


Así que, la próxima vez que veas un video "demasiado perfecto", pregúntate: ¿Es real o solo un deepfake disfrazado de amigo? Mantente alerta, ríe un poco y protege tu organización – porque en este juego, el que parpadea primero, pierde. ¡Hasta la próxima aventura digital!




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Alberto Sánchez

SugGerente de Operaciones

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